La gira ExpOtaku es una serie de convenciones de manga-anime organizadas por la Hermandad InterAsociativa Otaku de España (HIOE) que se celebran por todo el territorio español. La primera de este año se llevó a cabo en Sabadell (Barcelona) y Shiva, nuestra compañera de Aprendiz de Cosplayer, se pasó por allí para tomar fotos y ofrecernos así una reseña del evento.
Dichas fotos las hemos subido a nuestra cuenta en Flickr y las podéis ver aquí. Entre ellas encontraréis instantáneas del concurso de cosplay y hasta del taller de nuestros amigos de Border of Gensokyo. Seguid leyendo para conocer cómo fue el evento.
El pasado fin de semana del 10 al 12 de febrero, se celebró el primer evento de la gira ExpOtaku de este año. El lugar elegido fue el recinto ferial de Sabadell, una ciudad próxima a Barcelona (apenas 30 minutos) y muy bien comunicada tanto con la capital como con las otras poblaciones de la provincia. El espacio, una antigua fábrica reconvertida, no era excesivamente grande, pero cumplía de sobras con los requisitos para un evento de este calibre, con una buena zona general, diversas salas polivalentes y varios baños.
Otra cosa es que luego no se aprovechara ese espacio, tal como explicaré más adelante.
El viernes, realmente, era un día que sobraba. El evento estaba completamente vacío, y las pocas personas que paseábamos por ahí éramos acreditados o gente de los stands y la organización. Sin duda, al tratarse de un día laborable, la gente prefirió guardarse las fuerzas (y el dinero de la entrada) para los días más fuertes. De todos modos, era el momento perfecto para dar una vuelta por todo el evento (algo que se hacía rápido) y ver con tranquilidad lo que éste ofrecía.
En el centro del recinto había alrededor de una veintena de stands comerciales, con una pequeña muestra de lo que suele haber en todos los eventos: mangas, DVD, merchandising, figuras, videojuegos, chapas, camisetas y otros elementos de interés friki. El stand más grande estaba compartido por las únicas cuatro empresas de cierto calibre que habían asistido, y de cuyas ventas se encargaba la propia organización del evento: Selecta Visión, Arait Multimedia, Glénat y Norma Editorial. Luego, a un lado del escenario, se situaban la quincena de stands promocionales, que reunían a asociaciones y artistas varios. Al otro lado se ubicaba la sencilla zona de videojuegos, dos filas de mesas y sillas con varias teles antiguas pero juegos bastantes nuevos (y un set completo de Rock Band que parece que fue el gran triunfador del fin de semana). También podíamos encontrar una zona vallada dedicada a las exhibiciones de artes marciales y varias exposiciones repartidas por todo el recinto que mostraban ilustraciones de autores nacionales, maquetas de edificios japoneses famosos, dioramas sobre fiestas japonesas populares e imitaciones de comida nipona con una pinta muy sabrosa. Incluso podíamos encontrar una muestra de cosplays de varios cosplayers de la zona que, debo decir por mi implicación en ella, quedó un pelín deslucida al verse la organizadora obligada a presentar la mayoría de trajes en perchas colgadas de cables en lugar de maniquíes.
El sábado fue el día fuerte, y se pudo notar un importante aumento de la afluencia de gente. Durante todo el día el escenario estuvo activo y en todo momento se organizaban actividades, charlas y talleres, como la peluquería gyaru, los Angry Birds, la demostración de Tohou Project o la exhibición de cómo ponerse un kimono. Como era de esperar, las actividades planificadas para el exterior tuvieron que trasladarse al interior, porque febrero no es un mes precisamente cálido, y menos este año. Eso sirvió para que todo estuviese más concentrado y a la vista, pero dio algún que otro problemilla en el caso del softcombat, ya que algún participante no era capaz de limitarse al círculo marcado para el combate y acabó habiendo choques con los asistentes que paseaban por los cercanos stands promocionales.
El domingo, día dedicado al cosplay, hubo de nuevo un descenso de la asistencia a pesar de la oferta de entrada gratuita con disfraz. Esto pudo deberse al tremendo frío que hizo (por la noche incluso llegó a nevar) o a que muchos consideraban que con un día bastaba para disfrutar del evento. Lo que si se notó fue mayor afluencia de público familiar, y en general la media de edad de los asistentes era bastante joven. Desde la mañana, el escenario fue tomado por los cosplayers con un desfile libre, en el que cualquiera que lo deseara podía subir a mostrar su traje, mientras que por la tarde se llevó a cabo el concurso de rigor con un suculento premio final: un viaje para dos personas a la Japan Expo de París. Al igual que el resto de días, hubo una sucesión continua de talleres de maquillaje, iniciaciones a juegos de mesa japoneses, partidas de rol y clases abiertas de artes marciales, si bien gran parte de los asistentes parecían preferir pasar el rato con sus amigos en lugar de asistir a las actividades (aunque las gymkhanas tuvieron un éxito destacable).
Tras el resumen de los tres días, quiero destacar algunos aspectos más concretos del evento, con sus puntos positivos y sus puntos negativos:
Precio
Esos 5 euros de entrada dolieron, y mucho. Entiendo que organizar un evento de este tipo no es precisamente barato, pero ese número espantó a muchos asistentes que seguramente veían el evento como poco más que unas jornadas. Acompañado eso de la juventud de gran parte del público y las pocas ganas de gastar que hay ahora mismo en el país, no es de sorprender que la afluencia fuese tan baja.Escenario
Estaba siempre activo, lo que es algo positivo y anima mucho cualquier evento, pero era el auténtico y único centro del mismo, en el peor sentido: se escuchaba el escándalo desde cualquier lugar del recinto, dificultando el mantener una conversación tranquila y dándole a más de uno un buen dolor de cabeza. El problema era especialmente grave para los stands promocionales que estaban justo al lado; algunos tuvieron que trasladarse y alejarse de los altavoces para mantener su cordura.
Stands
Poca variedad y sin grandes sorpresas, pero poco más se les podía pedir a unos comerciantes que vieron más pérdidas que ganancias en un evento en el que circuló poco dinero. Tan sólo destacar algunos DVD descatalogados de Arait (¡al fin la colección de 12 Reinos completa! *_*) y las fabulosas artesanías de varias tiendas, mucha originalidad a muy bajo precio.
Comida
Dentro del propio recinto había varios sitios en los que poder comer, destacando en especial el stand de comida japonesa. Buena comida con unos menús muy asequibles, hecho que luego les pasó factura con una multitud de hambrientos otakus que les desbordó. Eran tan sólo dos los encargados de cocinar y atender, por lo que la faena se les acumulaba y las colas solían ser largas en horas punta; pero aún y así mantuvieron la simpatía en todo momento y no repercutió en la calidad de la comida. Lo que sí tengo que señalar y denunciar, porque me pareció antihigiénico, fue la mesa donde vendía comida la propia organización, en concreto hamburguesas, frankfurts y patatas fritas. Vi como los chavales que hacían la comida manoseaban la carne sin guantes (cuando el resto de cocineros en los otros stands siempre llevaban) y dejaban las cosas encima de la mesa prestada por el Ayuntamiento. Menos mal que no me gusta ese tipo de comida.Talleres y charlas
Varias cosas fallaron en este campo, lo que fue una auténtica pena porque el programa se mostraba muy interesante. Los talleres se hacían, supuestamente, en unas mesas al lado del escenario, pero al no estar señaladas como tal, la mayoría de gente las usaba para comer y descansar; de este modo, cuando se llevó a cabo el taller de maquillaje, por ejemplo, nadie prestó atención al parecer simplemente que una amiga maquillaba a otra. No entiendo por qué, contando la feria con varias salas polivalentes, tan sólo se utilizó una para las charlas, dejando a los talleres perdidos entre la muchedumbre. Y el auditorio ni verlo, por supuesto; se prometió mucho espacio que luego no se aprovechó. La mayoría de talleres y charlas contaron con una asistencia irrisoria (en algunas tan sólo cuatro o cinco amigos del ponente), pero falta saber si eso fue culpa de la poca publicidad o de la falta de participación de los asistentesCosplay
El concurso estuvo reñido por la poca participación, tan sólo 8 individuales y 5 grupales; parece que los suculentos premios no fueron incentivo suficiente. Finalmente los 5 ganadores fueron: los grupos de Kuroshitsuji y Usavich, con un bono de 100€ para gastar cada pareja en los comercios del evento; los individuales de XxxHolic y Kingdom Hearts, también con 100€ para cada una; y el gran premio del viaje a la Japan Expo fue para Ruki con su cosplay de Aion. Sin embargo, la organización y la puntualidad del concurso supusieron un obstáculo.
Faltó información sobre las bases y el funcionamiento del concurso, y por mucho que insistiera la organización en que las normas estaban en la web, yo todavía no he conseguido encontrarlas. Igualmente, no costaba nada hacer un pequeño resumen al cosplayer cuando se inscribía, ya que muchos lo decidieron de improviso estando ya en el evento. Al finalizar las actuaciones y dar los premios “pequeños”, quiso hacerse una final extra para decidir el gran premio; el problema: faltaba tan sólo media hora para el cierre del evento y los cosplayers con trajes más aparatosos ya habían comenzado a desvestirse, por lo que no querían repetir actuación. La solución de emergencia fue un pequeño desfile y charla con los cosplayers para finiquitar el asunto. Aún así, los bonos de 100€ seguían siendo para gastar dentro del propio evento el último día del mismo, lo que dejó a las apuradas ganadoras con unos escasos 15 minutos para recoger sus premios de unas tiendas que ya recogían su mercancía.
No diré que el evento haya sido un fracaso total, porque está visto que la mayoría de asistentes lo pasaron bien, pero no hay duda de que la ilusión y el compromiso de los voluntarios no fue suficiente para compensar la falta de recursos y organización. La idea del ExpOtaku tiene mucho potencial, pero va a necesitar mucho trabajo y cambiar muchas cosas para conseguir afianzarse como evento clave en Cataluña.
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